Acepto que soy psicópata, bipolar y quizás un poco esquizofrénico, pero tú tienes que aceptar que tenemos todo eso en común y entonces caminaremos nuevamente por ese corredor oscuro que nos llevó a aquella habitación, donde abrimos la luz y al unísono la cerramos.
La música conspiró para que te quitaras los zapatos y te desnudaras. Fingí no saber lo que pasaría, que todo sería casualidad. Pero nuestro ardiente deseo se conectó en nuestros ojos y conscientes de la fugacidad del tiempo comenzamos.
Disfruté sentir tu cuerpo y olerlo, porque es lo más cercano al cielo que he probado. Al salir pasamos nuevamente por ese pasillo oscuro con satisfacción en cuerpo y alma, con la complicidad que sólo tienen los amantes.