Te entrego lo único de lo que soy dueño. Quiero que hagas arte con él, que lo conviertas en la más apoteósica de tus obras. Nuestro tiempo se agota, comienzo a desprenderme y a caminar en nuevo, pero antes de todo deseo, y más que nada conozco mis deseos, quiero que mi cuerpo se contamine con el tuyo y estalle el más lujurioso de los gemidos. Anda Cerbero que Ortos ansía celado, encalla en lo más profundo hasta correr la ambrosía sobre tu obra.