Catalina Vigri es considerada la patrona de las artes liberales; disciplinas, oficios y profesiones cultivadas por los hombres libres. En el Medioevo se enumeraron estas artes en siete, subdivididas en dos grupos. El Trivium compuesto por tres vías relacionadas a la elocuencia; gramática, dialéctica y retórica. El segundo grupo, el Quadrivium integrado por cuatro caminos asociados con las matemáticas; aritmética, geometría, astronomía y música.
Catalina perteneció a una familia patricia relacionada a los señores de Ferrara, lo que le permitió una educación completa del trivium y el quadrivium, combinada con cursos de filosofía y caligrafía. Catalina también fue capaz de leer y escribir latín y aprendió pintura y el arte de la miniatura religiosa. Un temprano ejemplo de una humanista por excelencia.
Catalina es descrita como amante de la soledad y de espíritu taciturno. Su rotundo rechazo al matrimonio la convirtió en una devota de la religión, maestra de novicias y Abadesa de las Clarisas.
Las historias cuentan que fue favorecida con visiones y éxtasis, conociendo y alcanzando el misticismo. Curiosamente el número siete de las artes liberales coinciden en los siete años que vivió en Bolonia hasta su muerte.