Mi primera aventura al Mediano Oriente la emprendí hacía El Líbano, recibí mil avisos e intentos para evitar que visitará tan magnífico destino. La mentalidad occidental continúa estancada en que todo lo etiquetado como “Oriente” es una bomba de tiempo y cuna del terrorismo.
Sin más miramientos me lancé a la República Libanesa y en árabe Al-Ŷumhūriyya Al-Lubnāniyya. Esta nación es un país colaborador de la ONU y la Liga Árabe, su esquema de gobierno es una república parlamentaria confesional y cuenta con su propia moneda; la libra libanesa.
Dentro de la cultura familiar tuve un tío-abuelo, al que nunca conocí, que decía y escribía en sus memorias que era libanés, así que por qué no hacerle caso y aprender un poco más de él. La capital de El Líbano es Beirut, una ciudad Mediterránea muy impresionante. Beirut comparte mucha de las características básicas de una “ciudad moderna”, grandes edificios, corporaciones, turismo, paisajes agradables y lo más triste esa marcada muralla que divide y acentúa las diferencias sociales y de calidad de vida.
No soy estático y me gustan las aventuras, así que la estadía en Beruit terminó muy pronto. El Líbano actualmente está dividido en ocho gobernaturas, tan reciente como en julio 2013 El Líbano contó con dos nuevas provincias; Baalbek-Hermel y Akkar, al menos una de ellas debía visitar. Así que puse rumbo a Baalbek y pasé por el distrito de Metn.
Baalbek es una provincia dentro de la gobernatura de Baalbek-Hermel. Mi aventura en esta ciudad fue más que buena, en una misma ciudad encontré restos de culturas romanas, turcas y ortodoxas. Una tierra agrícola, muy rica, y que sale de todos los esquemas de una ciudad postmoderna.
Aunque con algo de melancolía en los ojos tocó despedirme de Baalbek y poner rumbo a mi destino final en El Líbano; Bekaa Oriental, en la gobernatura de Bekaa. Fue muy impresionante el clima en las montañas acompañado de algunas nubes cargadas de nieve.
Antes de llegar a Bekaa Oriental hice una pequeña parada en el distrito de Zahle. Ya en en la ciudad de Bekaa hice un recorrido local y conocí algunas tradiciones libanesas que cargue a mi lista de hábitos y algunos días del año pondré en práctica. Finalicé el recorrido por el distrito de Baabda que terminó por llevarme de vuelta a Beirut y de regreso a casa.
Haciendo una vista al pasado digo que El Líbano ha sido uno de los países que más me gustó conocer. Es una tierra llena de cultura, lugares históricos y paisaje para alucinar. Es una recomendación que suelo hacer a amigos y personas que me preguntan sobre futuros destinos. Animo a todos a visitar este país y dejo un mapa en el que tracé la ruta que realicé.